En el mundo de los videojuegos, no hay nada más frustrante que estar en medio de una partida épica y de repente… ¡lag! Para los gamers, una conexión a internet rápida y estable no es un lujo, sino una necesidad. Aquí te explicamos por qué una conexión de alta velocidad puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota, y cómo puedes mejorar tu experiencia de juego con un buen plan de internet.
¿Qué es el lag y cómo te afecta?
El temido "lag" es el retraso entre tus acciones en el juego y la respuesta que ves en la pantalla. Este fenómeno puede deberse a una conexión lenta o inestable, lo que afecta gravemente tu rendimiento, especialmente en juegos multijugador en línea. Imagina que estás jugando un shooter en primera persona y disparas, pero la bala se registra segundos después; eso puede ser el fin de tu partida.
Es importante no confundir el lag con la caída de FPS (frames por segundo), que está relacionada con el rendimiento de tu computador o consola. Mientras que el lag se debe a problemas con la conexión a internet, la caída de FPS ocurre cuando el hardware no puede manejar la carga del juego, causando que la imagen se vea entrecortada o con menos fluidez. Si estás experimentando caídas de FPS, probablemente necesites actualizar tu equipo o ajustar la configuración gráfica del juego.
Para evitar el lag, necesitas una conexión con baja latencia (el tiempo que tarda un paquete de datos en viajar desde tu dispositivo hasta el servidor del juego y regresar). Cuanto menor sea la latencia, más rápida será la respuesta del juego a tus movimientos.
¿Por qué la velocidad es crucial?
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